martes, 14 de febrero de 2012

Desde China con amor

Perdón por el abandono, pero llevo dos semanas... Mi vida ha sufrido un cambio total. He pasado de trabajar con el Oriente Próximo a hacerlo con el Extremo Oriente. Sí, sí, lo que oís. Recordáis una de las entradas en la que contaba lo del porfolio y una entrevista de trabajo..., pues gracias a no sé qué Santo (o a mi magnífico encanto y profesionalidad) ¡¡¡estoy trabajando!!!! y en la época en la que estamos, es todo un lujo poder decirlo.
Pues bien, tengo el placer de hacerlo con un grupo estupendo de alumnos chinos. Pese a que asistí a la semana de encuentros con China de la mano del profesor Lu, es tanto lo que tengo que aprender de este pueblo...
                                  
(Foto sacada del blog Masele, allí podéis encontrar más cosillas sobre el evento)
Por mi cabeza rondaba la idea de empezar algún cursito de chino, porque es un poco frustrante no entender nada, es más, no sonarte nada de lo que dicen. Claro, esto con mis alumnos árabes no me pasaba, mejor o peor siempre podía entender sus conversaciones ...
Pero después de un acontecimiento acaecido hoy, mis planes han cambiado. Trabajando el verbo soler, uno de mis alumnos me ha preguntado sobre la carne de toro, que ha derivado en buey, en lo que comemos, etc. hasta que a mí se me ha ocurrido la genial idea de decir: ¡Ah! qué no entiendes qué es vaca, espera que te la dibujo. Juro por Dios que he puesto todo mi mejor empeño, y cuando termino mi obra de arte me dicen los alumnos: ¡Aaaaaaaaaaaaaah! Un Ñu. Hola? Un Ñu? Imaginaros el ataque de risa, frustración, vergüenza.... y seguiría más. 
Así que automáticamente mis proyectos cambiaron; de clases de chino voy a pasar a apuntarme a Bellas Artes, que creo que me hace más falta.

P.D: Quien me encuentre en la foto, le monto un piso ;).