jueves, 29 de diciembre de 2011

Historias del abuelo Cebolleta: Solo ante el peligro

Voy a comenzar con la primera historia del abuelo Cebolleta. Una de las cosas terribles que nos puede pasar como profesores que empleamos el  método comunicativo o por tareas en nuestra clase, es que se nos presente el caso de tener solo a un alumno... No me refiero que de golpe casi todos los alumnos se pongan malos y solo uno venga a clase. No, hablo de un alumno nada más.  Efectivamente, una maravilla para los nervios del profesor. 
Pues eso es una de las cosas que me pasó a mí. Afortunadamente (digo afortunada porque el dinero me venía de perlas) fui una de las elegidas para dar clases particulares a un alumno del Cervantes. Fue una experiencia agotadora, tenía que crear materiales para una sola persona sin contar con los minutos dedicados a la expresión y comprensión oral entre compañeros,  sin que esto se convirtiese en pesado para el alumno por tener que trabajar solo. Tampoco podía pasar mucho tiempo con ejercicios de gramática, ya que todos sabemos cómo funciona la gramática en nuestro querido enfoque comunicativo. Y por cierto, se me olvidaba, ¡¡¡¡¡el alumno era de A1!!!!! Así que olvidaros de vamos a comentar una película o vamos a escuchar esta canción, o escríbeme...
Como siempre, ante la adversidad recurrí a juegos como el dominó, el mémori (pero de pocas cartas porque sino el alumno se me aburría), además de crear materiales en los que intentaba tirar de la lengua al alumno. Aquí os dejo una muestra de uno de los ejercicios que utilicé: http://es.scribd.com/doc/76737103
Pero tengo que contaros que sobreviví cual Ave Fénix. Si alguien ha estado solo ante el peligro y lo quiere contar sería interesante, ya que así aprenderíamos más todos para la próxima